¿Sabe qué es el cable no blindado?

El cable no blindado es un tipo de cableado eléctrico utilizado en muchas aplicaciones diferentes. Se utiliza para conectar componentes electrónicos y proporcionar señales de alimentación o datos entre ellos. Los cables no armados se caracterizan por carecer de una cubierta exterior o armadura que pueda proteger el cable de posibles daños, lo que los convierte en una opción más asequible que los cables armados. A pesar de ello, los cables no armados son capaces de proporcionar conexiones eléctricas fiables en muchos entornos. Este artículo explora en detalle las características de los cables no armados y sus aplicaciones.

¿Qué es el cable no blindado?

El cable no blindado es un tipo de cable eléctrico utilizado para el cableado externo o interno de edificios y otras estructuras en las que no se requiere protección adicional contra daños externos. Puede soportar ráfagas cortas de corriente, pero su aislamiento puede dañarse si se expone a altas temperaturas o a una tensión excesiva. Los cables no armados se utilizan principalmente para aplicaciones de baja tensión, como cableado doméstico, cableado de redes informáticas, telecomunicaciones e instalaciones de CCTV.

La principal ventaja de los cables no armados frente a los armados es que son más baratos y fáciles de instalar debido a su menor peso y diámetro. Los cables no armados suelen estar revestidos de policloruro de vinilo (PVC) o polietileno (PE). El núcleo está formado por varios hilos de cobre aislados con PVC o PE.

Cables no blindados son más susceptibles de sufrir daños que los cables armados debido a su falta de armadura. No deben instalarse en el exterior, ya que el agua, la luz solar, los animales, los insectos y otros factores ambientales pueden dañarlos fácilmente. Los cables no armados tampoco deben instalarse en zonas con riesgo de daños mecánicos, como cerca de puertas o esquinas afiladas.

Para garantizar un funcionamiento fiable y la seguridad de los cables no armados, el proceso de instalación debe cumplir las estrictas directrices marcadas por normas nacionales e internacionales como IEC 60502, BS 6387 y NF C 32-321. Esto incluye utilizar el tipo y tamaño correctos de cable en función de los requisitos de la aplicación, seguir las instrucciones del fabricante al instalar el cable, asegurarse de que está bien sujeto con bandejas o escaleras, proporcionar una protección adecuada contra daños mecánicos como el aplastamiento y la abrasión, evitar el contacto con sustancias corrosivas, mantenerlo alejado de la radiación solar directa, protegerlo contra la entrada de humedad mediante métodos de sellado adecuados, etc. Además, deben realizarse inspecciones periódicas para detectar cualquier signo de desgaste o daño que pueda afectar al rendimiento o la seguridad.

El cable no blindado

El cable no blindado es un tipo de cable eléctrico que no tiene ningún blindaje o cubierta protectora. Suele utilizarse para aplicaciones de cableado interior y puede encontrarse en viviendas y edificios comerciales. El cable no blindado está formado por varios conductores de cobre, cada uno de ellos aislado con un material aislante como plástico o goma. El aislamiento ayuda a evitar que la electricidad se escape del cable y también proporciona protección contra el fuego y la humedad. El cable no blindado suele estar clasificado para niveles máximos de tensión, valores nominales de corriente y rangos de temperatura adecuados para diferentes aplicaciones.

La principal ventaja de utilizar un cable no blindado en lugar de uno blindado es que pesa mucho menos y es más rentable. Esto hace que sea más fácil de instalar, especialmente cuando se extienden largas distancias entre edificios u otras estructuras. Además, como el cable no armado no contiene ningún tipo de revestimiento, permite una mayor flexibilidad a la hora de pasar el cable por paredes, techos y suelos.

Es importante tener en cuenta que, aunque los cables no armados son más rentables que los armados, no proporcionan el mismo nivel de protección contra daños físicos como cortes o rasguños. Por este motivo, no deben utilizarse en aplicaciones en las que pueda haber riesgo de daños físicos en los propios cables. Además, los cables no armados nunca deben utilizarse en exteriores a menos que estén debidamente protegidos por otro material de blindaje o cubierta, como un conducto de PVC o un tubo metálico corrugado (CMT).

Conclusión

En conclusión, el cable sin armadura es un tipo de cable que no tiene una cubierta exterior o armadura para protegerse de daños externos. Tiene varias ventajas, como ser más ligero y flexible que los cables armados y tener mejores propiedades eléctricas. Además, se utiliza en una gran variedad de aplicaciones, desde la energía y las telecomunicaciones hasta las tecnologías de la información. En definitiva, los cables no armados ofrecen soluciones fiables para una serie de necesidades, lo que los convierte en un componente esencial de la infraestructura de cableado de cualquier organización.